“Jesús encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos.” Jn. 2, 13.
Profanación de Templos
Vuelve, Jesús, a nosotros y no te olvides del látigo,
los mercaderes no han muerto.
Hay mercaderes de niños, de sexo, de órganos,
de esfuerzos, de vidas, y de sueños.
Hay mercaderes de espíritu y de cuerpos,
mercaderes que negocian con los más sagrados templos.
Peor que los mercaderes son los que arruinan tus templos:
asesinos, terroristas, violadores y usureros,
los que procuran abortos y comercian con sus fetos,
los traficantes de droga que matan el alma y el cuerpo,
los que negocian con armas, asesinos de los pueblos,
y los culpables del hambre.
“No creáis que con el tiempo las cosas cambiarán. Aquí no cambia nada si no lo haces cambiar.”
Familia Pavoniana de Cáceres